segunda-feira, 10 de outubro de 2011

Telomerización: NUEVAS POSIBILIDADES




A principios de mayo de 2011, el profesor João Gonçalves, de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Lisboa, salió en las noticias porque le habían concedido una beca de la Fundación Bill y Melinda Gates para investigar una nueva forma de luchar contra el SIDA.

La técnica propuesta por el profesor Gonçalves es relativamente compleja, pero lo que más nos interesa es que incluye una metodología para el transporte de grandes moléculas hasta el interior de las células. Ocurre que el transporte de macromoléculas como la telomerasa hacia el núcleo es precisamente nuestro principal objetivo. Esta tecnología es absolutamente crucial para nuestro futuro.

Poco después de conocer esta noticia me puse en contacto con el profesor, que inicialmente tuvo una reacción muy positiva. Sin embargo, este primer contacto no tuvo continuidad; así pues, decidí seguir con mi investigación.

Y esto es lo que he descubierto.

La telomerasa de humanos (y roedores) ya se produce comercialmente. Para ver una selección de empresas que trabajan en este campo pueden consultar http://www.biocompare.co.uk/ProductListings/16563/Biomolecule.html?s=telomerase, donde se constata que ya existen varias empresas que producen telomerasa (con denominaciones diversas, desde "human telomerase" a "TERT"). Es un área que parece despertar gran interés, y en este sentido no creo que vayamos a tener grandes dificultades.

Pero ¿qué ocurre con el transporte de la telomerasa hasta el lugar donde ésta debe actuar?

Cuando tuve conocimiento de los avances del profesor João Gonçalves, pensé que la técnica de nanopartículas (metodología que se necesita dominar para hacer llegar macromoléculas hasta el interior de las células) era una tecnología punta, practicada sólo en laboratorios sofisticados. Estaba equivocado.

Unas semanas más tarde, descubrí que una empresa muy pequeña localizada en un pequeña ciudad de Navarra (España), BioNanoPlus (www.bionanoplus.com), ya aplica la tecnología capaz de transportar las proteínas (es decir, la telomerasa) al interior de las células. Si una empresa tan pequeña como BioNanoPlus, en una remota región de España, ya ofrece esta tecnología, ¿a qué estamos esperando?

¿A envejecer?

Además, hay un último "detalle" a tener en cuenta: la telomerasa es una sustancia natural, y su producción y comercialización dependen de un marco normativo mucho menos exigente que el de las moléculas artificiales. Estas últimas requieren numerosas pruebas de toxicología y eficacia, que no se aplican a las moléculas naturales. Esto significa que todo está a nuestro favor.

En mi libro, 2009-2049: Forty Years on a Roller Coaster (disponible en Amazon en formato de libro electrónico en http://www.amazon.com/2009-2049-Forty-Roller-Coaster-ebook/dp/B004JN11QQ/ ref = ntt_at_ep_dpt_2) incluyo en el capítulo 2 algunas propuestas de experimentos que podrían conducir a un progreso considerable en nuestro conocimiento. Los principales tienen que ver con un pez que vive sólo 13 semanas, Nothobranchius furzeri. Este pez, que obviamente es un vertebrado, como el hombre, y por lo tanto tiene la misma secuencia de nucleótidos en los telómeros (los relojes biológicos de las células) sería un vehículo ideal para tratar de obtener un considerable aumento del tiempo de vida. Imaginen si podemos hacer que un pez que vive sólo trece semanas llegue a vivir dos años ... o veinte años.

Además, hay otro experimento mucho más sencillo y que nos ofrece resultados casi inmediatos: dar telomerasa a ratones de edad avanzada, para ver si logran los mismos resultados que los obtenidos por Ronald DePinho en Harvard (un rejuvenecimiento radical de los animales).

El envejecimiento es, como cualquier médico puede confirmar, un proceso de decadencia que puede ser extremadamente violento. Grandes posibilidades se abren ante nosotros. A menos que estemos esperando a envejecer...